Artículo escrito por: Balbina Moreno Sánchez, Logopeda AVANZA.

La adquisición del lenguaje oral es un proceso natural, activo y creativo a través del cual aprendemos mediante la imitación de los modelos lingüísticos tanto del adulto como de los iguales.

Para facilitar este acceso debemos de aportar a nuestras pequeñas y pequeños múltiples ocasiones de interacción tanto con iguales como con adultos, así como utilizar diferentes estrategias facilitadoras de lenguaje oral. Una de ellas, que va a ser nuestro centro de interés durante este artículo, es la lectura de cuentos infantiles.

 

Los cuentos infantiles son grandes estimuladores del lenguaje oral. Por ello se convierten en una importante herramienta de trabajo logopédico por su capacidad para conseguir objetivos como:

-Mejorar la atención: la atención es una de las funciones ejecutivas principales a la hora de poder acceder a cualquier aprendizaje. El placer de escuchar la voz del adulto, sobre todo si es modulada, favorece momentos activos de atención en las niñas y niños.

-Aumentar el vocabulario: en los cuentos infantiles el vocabulario suele ser muy recurrente (los animales, los alimentos, las partes del cuerpo…). Esa referencia tan repetitiva a campos o categorías semánticas, ayuda a consolidar y enriquecer el léxico de nuestras niñas y niños.

-Favorecer la elaboración correcta de frases: el lenguaje repetitivo que suele caracterizar a los cuentos infantiles ayuda a la reproducción correcta de patrones sintácticos, ayudando a nuestros niños y niñas a emplear oraciones mejor estructuradas.

-Mejorar la comprensión: un cuento narrado muchas veces favorece la comprensión del mismo, facilita el trabajo de la memoria tanto a medio como a largo plazo, proporciona a las niñas y a los niños herramientas para saber responder de forma lógica y coherente a preguntas sobre los mismos.

-Favorecer la imaginación: la lectura continuada de cuentos infantiles ayuda a enriquecer el mundo interior de las niñas y niños favoreciendo la creatividad y el interés por construir cosas nuevas.

-Ayudar al acceso a la lectoescritura: un niño o niña que se mueve en un ambiente lector, que tienes cuentos y libros a su alrededor…mostrará un interés temprano por la lectoescritura, consiguiendo acceder a ella fácilmente.

 

Como utilizar los cuentos infantiles como método de estimulación del lenguaje oral:

-Introduciremos los cuentos desde los primeros meses de edad. Para ello será conveniente emplear cuentos con imágenes grandes. Inicialmente (hasta los 3/4 meses, aproximadamente) usaremos cuentos con imágenes en blanco y negro (durante este periodo ven en gama de grises) para de esa forma ayudar al niño a desarrollar la atención, la concentración y la vista.

-Pasado esos meses podemos introducir cuentos con imágenes de colores. Estos se caracterizarán por ser de materiales resistentes (plástico, tela, cartón duro…), por tener una sola imagen en cada página y con colores muy llamativos.

-Conforme el niño va creciendo podremos usar cuentos algo más complejos, con mayor número de imágenes, con contenido adaptado a sus intereses…También introduciremos cuentos interactivos con sonidos para activar, con texturas para tocar, con solapas para manipular…

-La forma más adecuada para disfrutar de un cuento con un niño pequeño o niña pequeña consiste en mostrar, señalar y nombrar aquella imagen sobre la que deseamos centrar su atención. Conviene ayudarse con onomatopeyas, gestos naturales, objetos como marionetas para conseguir mayor accesibilidad.

– Intentaremos en la medida de lo posible leer los cuentos juntos, cara a cara. De esta forma ofrecemos al niño y la niña la posibilidad de participar y establecer turnos generando un diálogo con el adulto. Ofreceremos un estímulo (señalar, nombrar…) y pausaremos a la espera de su respuesta ya sea en forma de señalado de la imagen o a través de la emisión de sonidos.

 

Consejos para sacar el máximo beneficio a un cuento:

-Buscaremos un momento del día (antes de dormir, a media tarde) para dedicarlo a la lectura con nuestras niñas y niños, creando un clima de tranquilidad que enriquezca tanto al adulto como al menor.

-Cuando vayamos a leer un cuento nuevo, podremos anticiparle parte de la historia para mantener su curiosidad durante toda la narración.

-Usaremos diferentes tonos de voz dependiendo de los personajes, emplearemos onomatopeyas, sonidos diversos… para mantener alerta al lector.

-Estableceremos turnos dejando que el niño o la niña participen en la narración haciendo sus pequeñas aportaciones (preguntar, recordar frases repetitivas…).

-Al finalizar el cuento realizaremos preguntas referidas a la lectura para comprobar el grado de atención y comprensión que el menor ha conseguido.

 

Todas estas razones y muchas más son más que suficientes para llenar la vida de nuestros pequeños y nuestras pequeñas de….  ¡¡¡¡ CUENTOS¡¡¡¡¡, así que no olvidéis incluirlos en las próximas cartas a Papá Noel y a los Reyes Magos de Oriente.